lunes, 27 de junio de 2016

El espejo del alma

Las lentes oscuras se han convertido en un objeto de uso generalizado desde el siglo pasado. Ya sirva como complemento o para bloquear los rayos del sol, el paso del tiempo no las ha dejado obsoletas, y la moda de cada década ha venido acompañada de nuevos modelos y monturas.

En el cine, donde el vestuario y los decorados son a menudo extensiones de la personalidad o estado de ánimo de los personajes, las gafas han cobrado un uso que trasciende el puramente estético: nos revelan información. Dicha información no siempre es evidente, pero el subconsciente de un espectador alberga una percepción muy lúcida (suene esto a paradoja) que no precisa complejas deducciones.

Utilizar estas lentes conlleva, por otro lado, una pérdida significativa de expresividad. Los ojos son el foco de atención del espectador y el recurso más distinguido de un intérprete. Sobre una pantalla, la mirada del público sigue un fácil trayecto: primero, los ojos del personaje; segundo, la dirección en la que mira dicho personaje. Los actores más hábiles, en colaboración con los directores, consiguen dirigir la atención del espectador según les convenga, proporcionando pistas simple y exclusivamente a través de la mirada. Las gafas de sol, por lo tanto, dificultan mucho este propósito.

Cuando la gama de color aún estaba restringida a diversas combinaciones de blanco y negro, y la iluminación condicionada por las limitaciones técnicas de las cámaras, las gafas de sol eran poco utilizadas porque la mirada quedaba enterrada en la negrura de las lentes. Con todo, ésta podía ser precisamente la intención buscada, por ejemplo, al recrear a un agente de la ley que fuese frío, autoritario e implacable.

1. Psicosis, 1960.

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Con la llegada del color a la imagen, las gafas comenzaron a utilizarse con un propósito estético, aunque de manera aún muy tímida. Audrey Hepburn las lució con mucha clase en "Breakfast at Tiffany's" como una extensión de su natural elegancia.

2. Breakfast at Tiffany's, 1963.


En este sentido, las gafas constituyen un elemento muy eficaz para ofrecer detalles sobre el carácter de nuestros personajes. Harry "El sucio" lucía una montura simple y rectangular sobre unas lentes impenetrables, mientras que el personaje de Al Pacino en "Scarface" optaba por unas de aspecto más atrevido.

3. Dirty Harry, 1971.

Imagen relacionada
4. Scarface, 1984.


Con la llegada de los 90, los cristales tintados se pusieron de moda. Se empleaban, sobre todo, para acentuar la excentricidad de personajes ya de por sí singulares y a menudo inquietantes.

5. Fight club, 1999.


6. The Big Lebowski, 1998.


7. Fear and Loathing in Las Vegas, 1998.


Las lentes de las gafas también podían servir como recurso narrativo, jugando con su reflejo para mostrar aquello que quedaba fuera de plano como si se tratase de un espejo más.

8. Casino, 1995.


9. Matrix, 1999.


En Matrix, además, el uso de las gafas es aún más simbólico, pues era el modo en el que la película nos hacía saber qué personajes formaban parte de la trama, ya fuesen héroes o villanos. La particular estética de la película hubiera quedado incompleta sin ellas.

10. Matrix, 1999.


Algunas veces, las gafas de sol protegen a los protagonistas de quedarse sin recuerdos.

11. Men in Black, 1997.


Otras, no pueden evitarlo.

12. Hangover, 2009.


Y a menudo las gafas de sol se utilizan porque, siendo sinceros, nuestros personajes molan más con ellas puestas.

13. Reservoir Dogs, 1992.


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