domingo, 18 de diciembre de 2016

Tonto el que lo lea

Hace unos días estuve charlando con una persona muy cercana a mí sobre una de las películas de Scorsese más aborrecidas, "Shutter Island". Vaya por delante que detesto muchísimo esta cinta por su psicología de servilleta, su desmesurada teatralidad, sus clichés mal aprovechados y la fingida intensidad que DiCpario reutiliza una y otra vez; pero hoy no vengo a hablar de una película concreta, sino de narrativa.


El thriller es un género con unas pautas muy similares que incluyen tensión, suspense, crimen, ambiente claustrofóbico, etc. Sin embargo, hay una característica común mucho más subrepticia: son tramas pensadas para despistar al espectador, salvo honrosas excepciones. Te llevan de la mano a lo largo de la película mientras te muestran una serie de pistas falsas para, llegados al desenlace, hacer la gran revelación final, la cual viene en forma de clímax argumental. Éste es el caso de la mencionada "Shutter Island", pero también de otras supuestas obras maestras del género: "Sospechosos habituales", "Mystic River", "The Game", "El sexto sentido", "El club de la lucha","Instinto básico", "Abre los ojos", la práctica totalidad del cine de Nolan, etc. Esto no significa en sí nada malo.

El problema viene cuando es demasiado evidente que te la han jugado; cuando el director te ha propuesto un juego cuyas reglas están viciadas desde el principio sólo para, una vez llegados al clímax, colarte la sorpresa y reírse en tu cara por haber suspendido tu incredulidad durante dos horas. Me recuerda a esa recurrente broma de patio de colegio: Tonto el que lo lea. Lo que ocurre es que sales del cine entusiasmado por el desenlace del thriller, como también te puede maravillar un truco de magia, pero la verdad es que no has aprendido absolutamente nada. No te han contado nada nuevo ni te han propuesto un dilema moral que vayas a recordar mañana. Entretenimiento vacuo y tramposo.

Veamos tres ejemplos muy claros.

Ejemplo número 1: Sospechosos habituales. 

-"Oh, vaya, resulta que el villano era el menos sospechoso de todos".

Ejemplo número 2: Memento.

-"Oh, vaya, resulta que la película describe un ciclo que se repite una y otra vez".

Ejemplo número 3: Origen, El sexto sentido, Shutter Island, etc.

-"Oh, vaya, el final me hace replantearme toda la película porque me cambia de golpe la premisa con la que ha empezado la trama".


Estos ejemplos son la manera en que el director nos dice: "Sois tontos. Gracias por jugar". No hay mensaje ni contenido; sólo han hecho trampas con las reglas que ellos mismos habían prefijado. Sin embargo, cuando sí que hay un propósito de contar algo, estas sorpresas finales se vuelven muy gratificantes. Veamos dos ejemplos de cómo hacer las cosas bien:

Ejemplo número 1: Seven.

El detective David Mills, que durante toda la película se muestra como un agente moral, termina poniéndose a la altura del asesino que persigue cuando le dispara en la cabeza. La película establece un diálogo con el espectador y lo enfrenta a un dilema irresoluble: ¿tú qué hubieras hecho?



Ejemplo número 2: El bosque.

Los patriarcas de un pueblo rural y atrasado de EE.UU. siembran entre sus habitantes el miedo a unos seres malignos que pululan por el bosque con el fin de mantenerse incomunicados con el exterior. El motivo de este cautiverio no es otro que desconectar con la decadente sociedad del siglo XXI. ¿Están justificadas sus acciones? ¿Es siempre preferible una verdad dolorosa a vivir en la inopia? ¿Y sacrificar libertad en pro de seguridad?



Así que no les des la satisfacción de engañarte. La próxima vez que veas un thriller con sorpresa en el desenlace, atrévete a preguntarte: ¿y qué? Si no encuentras respuesta, es que te han dado gato por liebre. El consuelo que te queda es que al menos ya lo sabes.

4 comentarios:

  1. Entiendo tu lógica, pero acaso películas como Shutter Island u Origen no se cuestionan a sí mismas constantemente durante su desarrollo. De acuerdo es un final prefijado y a la vez que tramposo, pero invita a la reflexión y eso es más que suficiente hoy en día. Aparte lo grandioso o al menos admirable Shutter Island no es el final, sino la manera en que lo cuenta Scorsese. Tal vez sea un recurso barato, pero no tan sencillo de aplicar. Tal vez dicho recurso necesite una motivación inicial, pero, ¿no es cierto que somos nosotros los que no necesitamos esa motivación durante su transcurso? ¿Acaso no es más tramposo (y pomposo, diría) que haya una motivación inicial, sin trampas, que degenere en lo que todo el mundo quiere ver? Un ejemplo, Forrest Gump.

    Esto es mi humilde opinión; de todos modos, buen post. Seguiré leyéndote.

    Saludos,

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    1. En primer lugar, gracias por tu reflexión. Como dices, Origen o Shutter Island invitan a replantearse la trama, pero no con un anzuelo lo suficientemente sugerente; en su lugar, yo diría que te engañan.

      Respecto a la motivación de la que hablas, no estoy seguro de a qué te refieres. La premisa de una trama puede explicarse o no, pero explicarla a medias sólo para poder guardarte un as en la manga es, cuanto menos, tomar por tonto al espectador. El problema viene cuando se abusa de ese recurso para dar un golpe de efecto que tu cinta no es capaz generar por sí sola.

      Por último, darle al espectador lo que quiere ver no tiene por qué ser un obstáculo para la trama. Fíjate en Tarantino: todas sus películas tienen una conclusión lógica y natural, sin sorpresas. ¿Son sus tramas menos disfrutables por eso? En absoluto.

      Un saludo, espero que te guste el blog.

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  3. Para nada, lo bueno de Tarantino es su originalidad o, al menos, la capacidad para que lo parezca. Más allá de una conclusión lógica, el cine de Tarantino tiene estilo, sabe venderse.
    A lo que me refiero es que aunque ese recurso final sea tramposo, nosotros encontramos una motivación con dicho recurso.
    Si bien es cierto, que directores como Nolan que, a pesar de que su cine es muy disfrutable, abusan de la sobrexplicación (estoy seguro que lo pones en Google y te sale Nolan) y de giros argumentales.
    De todas formas, entiendo tu lógica e incluso la comparto, sin embargo, en el caso de Shutter Island, pienso que durante todo su desarrollo va tanteando el terreno para el golpe final. En cambio, si que es cierto que en Origen su final es algo más gratuito.

    Un saludo,

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